Clásicos: Jethro Tull - Thick As A Brick

Una broma. Una gran broma. El poema Thick As A Brick fue escrito por un niño prodigio llamado Gerald Bostock cuando solo utilizaba ocho dedos para contar sus años. Ian Anderson compuso la música para el poema del pequeño de Saint Cleve, tal vez porque el poema le pareció genial, acido, critico, ironico. Mucho mas de lo que podría esperarse de un mocoso.
Una rareza, por muchas razones. Solo dos temas componen el disco (en realidad uno solo, pero en 1972 solo existían los long play de vinilo y los cassettes, con lado A y B) que son en realidad muchos temas que van emergiendo progresivamente, apareciendo, desapareciendo y cambiando de ritmo constantemente, entre modulación y modulación. Además de los instrumentos tradicionales del rock, también utilizaron con conceptos claros e ideas brillantes, xilofón, órgano Hammond, violín, saxos, piano, trompeta, flauta en G, y además el instrumento que antes de Jethro Tull nadie imaginaba en una banda de rock: la flauta traversa. Los climas se van superponiendo y cambiando a medida que Thick As A Brick se pasea a gusto y con comodidad por el folk británico, el rock y el jazz y algunos toques de academicismo que le dan al disco un sabor particular que lo diferencia de los costados por los que roza su estilo: El hard rock de Deep Purple y Humble Pie por un lado; el rock progresivo y elaborado de Yes y Emerson, Lake & Palmer por otro. Una novedad para la época (que hoy es muy común) fue que se hicieron varios edits del tema, destinados a difundirlo por radio. Posteriormente algunos de estos recortes aparecerían también en compilaciones y antologías.
Aunque por su naturaleza, era esperable que se transformara en una obra de culto, el disco tuvo éxito y reconocimiento masivo.
Como dijimos, una gran broma. Gerald Bostock, el pequeño prodigio de ocho años, no existe. Nunca existió, al igual que St Cleve, el pueblo donde había nacido este inexistente fenómeno y donde se editaba el St Cleve Chronicle, el diario apócrifo que sirve de portada al álbum. Todo, todo fue creado por la afiebrada (u alcoholizada) imaginación de Ian Anderson.

Para vuestro disfrute instantaneo: Thick As A Brick, edit 1, 3.00 minutos.



Tengo el CD original de edición británica, que es una delicia, ya que suena como si el disco hubiera sido grabado ayer y además el trabajo gráfico está casi completo (en las ediciones en CD le han quitado, según la edición, diferentes partes. Presumiblemente, la edición británica sea la mas completa) Y como últimamente casi no se ve en las disquerias, aquí se los dejo, recién ripeado del CD original.

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